sábado, 11 de septiembre de 2010

Hace siglos que no cuelgo fotos, lo sé. Pero es que he estado poco activa. Últimamente sólo me he dedicado a coser flores de diferentes colores. Prometo colgarlas cuando tenga tiempo.
Y es que, he empezado a ir al gimnasio... ya se sabe, hay que elegir entre la aguja o el cuerpo, y me quedo con lo segundo.

La otra tarde, mientras andaba a buen ritmo en la cinta, pedaleaba en la estática y me dedicaba a subir escaleras a la par que meneaba los brazos al compás, hice un estudio antropológico de los especímenes humanos masculinos que acuden a los gimnasios. A saber:

1. Bajitos (43%). No suelen superar el 1,60. Claro, que viniendo de mí aún los puedo considerar altos. Pero a lo que íbamos. Bajitos. Tienden a suplir su falta de altura poniéndo centímetros en el contorno de bíceps, los que ya están musculados, o con unos cuantos (bastantes) centímetros demás al rededor de la panza.

2. Garrulos (37%): en ocasiones también pertenecen al grupo 1, en su mayoría al subgrupo de "contorno de bíceps". La mayoría llevan un gran diamante duralex en alguno de los lóbulos orejiles. A los que aún les queda pelo (y, por tanto, no pertenecen al grupo 3 más abajo), lo suelen llevar de punta y teñido de tonos rubios.

3. Calvos (4%): pueden o no pertenecer a los grupos 1 y 2. No he visto a ninguno que pertenezca al grupo 4. Pero dejadme ir un par de días más al gimnasio, y fijo que encuentro a alguno.

4. Gordos (14%): obvio. Por eso van al gimnasio. Y eso les honra. Los pobres se pasan horas en la bicicleta, pedaleando con empeño pensando en los pertenecientes a los grupos 1 a 2 y a su contorno de bíceps. Para compensar no se cambian la camiseta sudada durante la hora y media que están en el gimnasio. La visión no es placentera, no... Y ganas de utilizar la misma bicicleta que han usado ellos, pues como que no me entran, la verdad.

5. El simpático del gimnasio (1%): siempre hay uno, claro. Este es alto, calvo y musculado. No lleva pendiente, dadle tiempo. No para de hacer comentarios durante la clase y te dan ganas de lanzarle la tobillera a la cabeza, por si así lo apañas (la tobillera pesa como un kilo)...

6. El tío bueno (1%): monitor de spinning, también conocido por Bodycycling. Se llama Alex. Lástima que su clase sea a las 20.00, cuando yo ya estoy pensando en volver a casa y zamparme un bocadillo de jamón, acompañado de cervecita y olivas, y pipas de postre.

Y ahora, decidme, ¿cómo queréis que tenga ganas de ir al gimnasio con semejante plan, eh?

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